Nadia Ghulam: "Vida no tenía, así que daba igual que fuera vestida de hombre o de mujer"
Con 8 años una bomba la desfiguró, y de los 11 a los 21 se hizo pasar por un chico en el Afganistán de los talibanes. Ahora, cuenta su historia en un libro que ha ganado el Prudenci Bertrana.
"Su vida ha sido muy dura, pero ella tiene las ideas muy claras.
Y cuando la oyes hablar, cómo se expresa, cómo lo cuenta todo, aún impresiona más", advierte Agnès Rotger (Badalona, 1973) de Nadia Ghulam (Kabul, 1985) mientras la esperamos en una cafetería del Eixample. Ambas firman el último premio Prudenci Bertrana, El secret del meu turbant, que edita Columna en catalán y Planeta en castellano. Rotger, periodista, ha puesto la forma, y Ghulam aporta el fondo, su tremenda peripecia, la de una niña afgana que con ocho años fue víctima de una bomba que le provocó graves quemaduras en todo el cuerpo y la desfiguró, y que con 11, en la época de los talibanes, decidió disfrazarse de hombre para poder trabajar y alimentar a su familia. Su historia la oímos por primera vez hace cuatro años, cuando tras una década manteniendo su falsa identidad masculina, llegó a Barcelona de manos de la asociación Ashda para someterse a una serie de operaciones para reconstruirle el rostro. Un rostro que entonces mantuvo oculto, por miedo a que, difundida su foto por los medios, pudiera ser identificada por aquellos que en su país la conocían como hombre. Ahora, en cambio, ya no teme mostrar su cara. Ha decidido compartir su secreto, dice. De hecho, viene de dar una charla en un colegio. Cuando llega, pide un zumo de naranja. Entrevista a Nadia Ghulam
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